es que a veces hace un rato que ya es de noche
y no te das cuenta
por que las cosas de adentro
-no se, muchas galletitas mordidas-
pasan, fluyen, y vuelven a caer
como una moneda
sin importar si hay sol, nubes
de noche de día
el alcohol nunca llegó al puerto indicado
te miran los muebles
¿y ahora?
te sentís una cucaracha esperando que apaguen la luz
caminas cuarenta cuadras y el precipicio sigue ahí
se te agotan los tics
y flotas como el color que le dabas a los olores de chico
cuando despertás todos los días en cuerpos distintos
en camas que se hacen interminables
cuando ves a todos los perros atados afuera de un supermercado
ahí cuando un huracán te vuela lo que venias acorazando en la mano
esos días que querés ser dios
y patear edificios
(y tal vez, llorar sobre los escombros)
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