lunes, marzo 26, 2012

recuerdo el día
en que caminaba solo en la playa
y me obsesionaba con el futuro
el día en que la marea trajo a la costa
el cadáver de un lobo marino
una bola de grasa tirada contra la arena,
con la cabeza comida por bestias marinas que aún no imaginamos
con la mitad del cerebro afuera
con la masa encefálica ahí, tocando el agua salada
al verlo corrí con todas mis fuerzas
y aprendí que la playa es siempre igual

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